jueves, 17 de julio de 2008

Paula.



Sabia de las torpezas, sabia de las injusticias que se cometerían, sabía de aquellas cosas que dejarían de lado a personas que siempre estuvieron al lado, pero también sabía que nada se dice de golpe, que nada de lo que fue pasando fue para contarlo en 10 renglones, por eso decidí que en este espacio las cosas serían tranquilas y que cuando contara de alguien lo haría sin apuros, empañando cada renglón con el perfume de quien hablara, porque Luna querrá saber de las cosas que fueron pasando, pero también de aquellas queridas personas que nos regalaron su presencia, su amor, y su ternura desde el momento mismo en que fue gestando sus primeros movimientos en la panza de mamá.
Una de esas injusticias se cometió con Paula, su voz presente, su presencia misma fue desde la gestación de Luni hasta cada minuto del día de hoy.
Durante el embarazo tuvimos momentos que nos sacrificaron la alegría de un embarazo, dejando para nosotros los campos de desesperación que los médicos nos dejaban a cargo, incertidumbres plenas y llanas de desazón, que no queríamos compartir porque nosotros sabíamos que Luna estaría entre nosotros para Febrero.
Nos habían dicho torpezas de toda clase, cosas que ellos los médicos preferían negar antes que confiar, y es ese panorama esperamos el tiempo suficiente para que febrero llegara, negado también por los pronósticos de los profesionales.
Hasta hicimos una fiesta, “La fiesta de la Luna” para animar la espera y confiar desde el ánimo que los amigos nos daban sin querer. Fue así que en cada ecografía, de esas que semanalmente nos hacían repetir con los supuestos mejores ecógrafos, Paula nos llamaba para saber de las nuevas imágenes, mientras Sandra y yo nos acurrucábamos en las plazas de S. Isidro tratando de aplacar nuestra angustia ella se hacía presente y nos animaba a veces sin saberlo, otras sabiéndolo, todas amándonos como nosotros a ella, a ellos. Hoy queda en nuestro registro para siempre su voz, su presencia, su magnitud para estar cerca nuestro, y si hay injusticias aún en este espacio no las hay en nuestro recuerdo con ella, con su ternura y ni mucho menos con ese corazón inmenso que vive a través nuestro y del que Luna sabe empuja su crecimiento. Todos lo saben hoy, pero Luna creció como debe en el embarazo, nació a termino, tenía ambos riñones, hizo pis apenas nació, y todo a pesar de los pronósticos profesionales, hasta nació con música, también a pesar de los médicos.

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