lunes, 28 de julio de 2008

Felicidad


Quizás me pregunte muchas veces si esto es posible, como es que posible es, de donde entiendo las cosas que entiendo y si realmente es posible que escriba pensando en lo que se leerá en años más, o más aún, en décadas mas. Que sentido entiendo por la posibilidad de que cualquiera, conocido o desconocido se entere o sepa lo que Luna vive desde que nos eligió como padres? Mas aún, que trate de traducir las oraciones de un autor a veces complicado, otras mas complicado.
Yo tampoco tengo las respuestas, quizás debiera reservarlo a la intimidad, no se, realmente no se. Pero cuando pasan cosas propiamente de la maravilla indescriptible que significa un hijo, mi hija para mi, cuando pasan cosas que me dejan sin palabras y luego quiero contar desde lo alto de una montaña para que el mundo lo sepa es cuando sigo escribiendo, a sabiendas de lo poco interesante que puede resultar, pero no para mi, espero que tampoco para Luna, y se que para Sandra menos aún.
Hemos vivido aquellos momentos que se ven como en una película, pensando que a uno no le pasa, que no tiene fuerzas para sostenerse mientras sucede igual, y cuando querés entender es cuando comprendés que hay una vela en cada corazón de cada amigo, de cada conocido y que esa energía no se puede medir, sino justamente cuando estás por caer y no lo hacés, sólo porque todos te sostienen y desde algún lugar hasta te devolvieron la sonrisa, lloraste y lavaste la cara de tanta angustia, para volver a ser un tipo feliz, con una radiante hija que conoce el mundo de a poco, entonces, no puedo reservar para mi sólo tanta felicidad, porque a cada uno le debo lo que no se debe, pero que es parte de este momento, el que Luna me acabe de sonreír otra vez no es solamente de mi pertenencia, y obviamente, a cada minuto me hace recordar que no puedo olvidar mi felicidad, ni lo que cada uno hizo desde algún lugar.

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