lunes, 30 de agosto de 2010

domingo, 22 de agosto de 2010

Dia de sol

Un día de sol no porque el astro rey esté asomado calentando esta parte del globo, sino porque de esa iluminación estaba plagado cuando sentía que las cosas, al menos hoy, eran diferentes. Las caras no eran las mismas, los gestos, las personas del derredor, las curvas de la esquina, los árboles y sus sombras, el aroma de Palermo, las miradas que se cruzaban, las preguntas y sus respuestas…. Un día de esos en los que nacen, como dictados por la magia, los sabores de las compañías, las charlas viejas que se guardaron para esta vez… cómo llega un día así? Llega porque en ese mundo siempre dos polos conviven situaciones opuestas que solo esperan el momento del otro extremo, la paciencia de un día, una semana, un mes mordiendo el polvo seguro traería otro extremo, y fue así, desinteresado y de regalo, con la compañía de los primos, envueltos en una Luna que con los ojos más abiertos que nunca miraba su derredor, esta vez callada, irradiando brillo a un día placentero, en un paseo que años detrás era entre sus padres, jugando entre la imaginación poderosa que veía los animales del zoo en otro lugar verdadero, calesitas cómplices que regalaban sortijas, galletitas indispensables que sostenían las caminatas y mañanas que se marmolaban en los recuerdos que aún hoy se sostienen vivos en esos padres que son primos y que también son padres de hijos pequeños. Matías, Nadia, y de este lado Luna.
Fue la puerta de una primavera que se avecina al fin, es la carta de presentación para una temporada que vendrá a paso lento regalando más momentos, diferentes, planeando silenciosa con mas fotos, mas recuerdos, mas inolvidables paseos por el alma de cualquiera de nosotros, estemos donde estemos

sábado, 21 de agosto de 2010

Invierno

Una mala noche la pasa cualquiera, un mes nocturno quizás varios, sea como fuere todo es tan relativo que poco se puede generalizar, vaivenes de esta vida sacuden los calendarios, las agendas y los planes de tal modo que poco se puede intentar, más que apreciar la felicidad, de entender más de la cuenta, aunque sea a los golpes.
Uno a veces entiende los días libres después de no tenerlos durante casi un año, es más, los entiende después de varios días libres, al menos eso me pasaba cuando mis vacaciones eran unos días al año después de meses de vagar en un negocio, empleado de alguien. Cuando comprendía la significancia de las vacaciones ya habían transcurrido.
Quizás uno aprecie las cosas cuando no las tiene, por eso no podemos dejar de mirar a Luna cuando come su comida, cuando la boca embadurnada de alguna comida y nos devuelve la mirada preguntándose a que se debe tanto alboroto entre bocado y bocado, entre o no en la boca, a veces en la mejilla, otras en la punta de la nariz.
Ese mes que pasó pasó a los golpes, nunca salimos de una que ya estábamos adentrados en otra, y cuando después de todo parecía que al fin salíamos el panorama pintó feo, al punto que la Trinidad nos volvió a recibir y solo por un sueño nocturno, de hecho quizás Luna ni lo recuerdes, dormiste toda la estadía como en un hotel costero, profundamente, salimos con el sol de la mañana, cálida en Palermo, radiante en nuestros corazones, y es que desde allí nuestra primavera deja atrás ese invierno desolador, amenazante que nos tuvo contra las cuerdas día y noche. Esa oscuridad vacía, desesperante que entre interrogantes siempre húmedos y dispares dispone de las respuestas mas contundentes, nada mejor que el presente sin agenda, siempre hay de que alegrarse, aún en esas circunstancias que parecen el piso, y que no lo son, ese respirar dará pié a las maravillas mas coloridas fugándose desinteresadamente a quién esté dispuesto a recibirlas, y en eso Luna, a veces desde la más pesada mochila lo hace, sólo es cuestión de saber abrir los ojos, más el corazón, porque ella no deja nunca de irradiar esa manera de entender la vida, viva, dispuesta, a corazón abierto, sabiendo que vale la pena disfrutar de todos los momentos, aunque duelan, porque no hay manera de de comprender los colores, de disfrutar de ellos, sin haber visto la falta de ellos.

domingo, 8 de agosto de 2010

Abril en Agosto

Ellos salieron de la casa, eran dos, una parejita de los cuales desde hace tiempo él es mi amigo, ella lo rescato de un sinfín de años buscando destino, antes eran los autos, los trabajos, los sueños de construir algo , una mísera tuerca de una nave espacial, mujeres, sociedad, política…. Las épocas se fueron dando y todo enmarcado en una fuerte influencia que nos dio un famoso C.A.E. (club de amigos epistolares). Ese club, antecesor del famoso facebook, mucho más completo, ameno, cálido, efervescente que las redes sociales virtuales, fue inventado por nosotros cuando no existían las computadoras, incorporo centenares de amigos que se escribían por carta y todos se escribían con todos, los que vivíamos cerca nos encontrábamos en casas con agendas que se escribían hasta el hartazgo, unos a otros, todos con todos.
En la semana se paseaban por los correos y centenares de cartas partían rumbo a los destinos de los cuales muchas veces ya se vieron el fin de semana anterior, pero nuestro eje era la escritura, los sueños de post adolescencia y las inquietudes de la época, en la que finalmente la democracia comenzaba su difícil camino.
El, era uno de ellos, con él nos veíamos y fue de los que como otros mas se continuó viendo, amigos desde hace mucho, veinte años, hoy vuelve a su casa con su pareja y su flamante hija, Abril.
Se fueron ambos de la casa, regresan los tres, sólo dedicarles este pequeño espacio, para hacerles saber que Luna los estará esperando para compartir cosas, quizás inventen un nuevo club, algo que los enlace como a nosotros en otra época… quizás finalmente coloquen en su inventario de logros la tuerca en la nave espacial que nosotros todavía no….
Felicidades chicos, Abril, bienvenida.

domingo, 1 de agosto de 2010

Malos Bichos

Y si… la realidad se nos vino encima como un volquete descargando toda su furia de desechos y malas cosechas.
Las modestas vacaciones de invierno son una furia de bacterias que se metieron a probar la inmunidad de Luna, una batalla que desde hace 15 días se libra heroica, con costos muy altos en la integridad de Tan pequeño cuerpo, inexperto y más que inocente.
Todos los planes se desbarrancaron, fiebre, dolor, queja, pocas palabras, de caminar ni hablar, y malestares de todos los colores desfilaron paulatinamente y en orden, uno por uno día a día en estas vacaciones.
Si salimos íntegros…. salimos íntegros, en caso contrario el espectro de posibilidades es amplio, la desesperación juega un papel importante y a decir verdad hizo estragos en la dinámica, la obvia influencia negativa aporta poco, o mucho negativo, quizás un poco de experiencia nos permita no avasallarnos en delirios que nos comprometan, pero ciertamente que la dificultad mental nos está bloqueando, nos está limando sin lugar a descanso.
Probamos cambios de alimentación, Luna dejo de comer cuando todo parecía ir a pasos agigantados, probamos cambios de rutina, no dormir ya lo habíamos probado contra nuestra voluntad, o sea que no es nuevo, pero siempre nos topamos con desmedidas pruebas del sistema ofensivo de bichos malévolos que se instalaron en casa.
El ejército de asistentes es incansable, desfilan uno a uno en sintonía con nuestra cantidad de balances, y quizás la única mecánica productiva sea un poco de silencio, dejar que las opiniones no se desesperen y puedan serenarse solas. Quizás sea como querer calmar el agua con las manos, en una laguna que se moviliza por cualquier motivo lo mejor para que se detenga en descontrol será quedarse inmóvil, quizás acá pase lo mismo, quizás sea necesario que al menos nosotros podamos detener ese cosmos alterado que es un sistema inmunológico en plena lucha, a todo esto aportar de la mejor manera lo que tenemos, que no es otra cosa que nuestro magnetismo por ella, amor y unos años de vida que nos indican que hacer desde donde nosotros podemos ver.
Extrañamos amigos, La Nazarena, reuniones y salidas, Luna más todavía. Pronto será diferente, mi deseo, mi apuesta.