domingo, 13 de julio de 2008

Mes quinto


Ayer Luni cumplió su quinto mes de vida. Ajetreada por cierto. Sandra y yo deambulamos de estados de ánimo a veces opuestos, quehaceres disímiles que varían desde los reclamos por los servicios que no se cumplen hasta jugar con Luna, desde la limpieza de la casa hasta las llamadas que se hacen infructuosas por objetivos que a veces olvidamos entre las esperas en los conmutadores de los teléfonos de Galeno o sus prestadores. Lo cierto es que todos en las grandes o pequeñas estructuras no cumplen con lo prometido. Verbalmente también todos se quejan de la burocracia del gobierno, de los diputados, senadores u organismos varios, pero ni el mas simple de los emprendimientos está exento de las mismas debilidades, en una palabra, hoy creo que tenemos una fiel representación de lo que somos.
Luna entre tanto, rehén de todas estas miserias humanas, a veces está de ánimo como para darnos vuelta tantas veces como se le ocurre, y otras está sin que podamos entender que pasa.
Quizás todos lo sepan, algunos lo intuyan, otros lo ven. Lo cierto también es que Luna está por un momento crítico, a la expectativa de nuevas noticias de su salud, mediante un nuevo análisis de sangre. Quizás su mirada profunda, clara, brillante nos esté diciendo cosas, nos esté iluminando para decirnos que las cosas son diferentes y quizás tengan algún color determinado difícil de dilucidar. Luna una vez mas atraviesa un momento dificultoso, empedrado y del que confiamos podrá salir, otra vez más.
En la clínica ella nos enseño que no todo está escrito, que los guiones los hace la gente y que la gente es apenas intuitiva de lo que puede suceder, ella mira las cosas con la ternura de una hoja, con la frescura de la tierra y con una sonrisa que apenas escondida habla de la profundidad en cada poesía, cada poesía es la que escribe cuando sus ojos se dejan ver Sus momentos difíciles son el corte de nuestra soledad, dejando ver nuestra debilidad ante su dolor, o falta de libertad entre tantas cosas que debe soportar. Su sonda, sus remedios, sus enfermeros y profesionales poco profesionales. Entre sus cosas que nos son todos juguetees, como quisiéramos ver, entre la falta de sueño de sus padres que apenas se pueden sostener, entre las lágrimas ambulatorias de la madre que no son mas que un poco de tantas cosas que me cuestan digerir. Nada como la mirada de Luna, nada como la mirada de la madre a su hija, nada como este rincón en el que del silencio solo dejo caer algo de aquello que me cuesta tragar, dejar detrás, este espacio pequeño es para Luna, para que comprenda luego lo que yo no puedo como hoy escribir.
Sepan disculpar que también escriba de estas cosas, no faltarán las otras, una sonrisa de ella alcanza para que todo vuelva a cambiar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es muy tarde para lamar, son las cuatro de la mañana y a medida que leia el blog mi living me parecia aun mas solitario y tenia mas ganas de llamarlos... simplemente para decirles que todo va a estar bien, una vez mas, ese sol de nombre Luna va a ganar una vez mas.
Los quiero,
Andrea.