miércoles, 23 de enero de 2013

Cumple sueños.


Una vez, no muchas semanas detrás mamá y papá estábamos tan tristes que el cuerpo nos dolía de no saber cómo explicar, de no tener respuestas y no querer estar donde estábamos. Los amigos, todos los amigos estaban allí, los viejos, los nuevos y esos seres que tanto queremos, en la cita estaban las palabras, las caricias y las miradas, sobre todo abrazos y no mucho mas, los silencios Luna son esenciales para escuchar, el alma, la vibración.

   Mamá estaba tan dolida que dejó su violín a un lado, en manos de alguna amiga, fue solo hasta que escuchó un acorde de sus compañeros del Cordal, los mismos que ensayaban mientras vos jugabas por ahí, entonces la emoción derribo toda la tristeza, tomó el violín y se puso a tocar con el resto, que al compás de su directora hicieron olvidar todas las caras de gris…a cambio de otras de emoción. Ya sabías vos que con la música se curan los dolores, que con la música se baila entre ángeles y que sólo hay que dejarse llevar. Aún recuerdo cuando en la iglesia de flores, mientras mamá tocaba con El Cordal, vos danzabas con dos muñecas al compás, iban y venían por el aire mientras tu abuela te sostenía, los espectadores te miraban a vos, mientras ellos tocaban y vos danzabas haciendo volar esa imaginación, potenciando aún más la intensidad de aquella música con tus ojos, gestos y manos.

   Los amigos que miraban a tu mamá miraban una madre intensa, como siempre, una madre fuerte, como siempre, una madre como todas las que supo ser en estos años, como nunca todas juntas, llegó hasta el final tan entera que su papá no pudo dejar de abrazarla sobre el final, aunque él no disponía de mas fuerza ella, como si fuera poco, habló, le contó a todos algunas cosas de esas canciones y de algunas cosas más, como su espíritu tan regado por el amor de tu alma, pequeña y tan gigante. Convocó a recitar sus mantras, los que vos también cantabas y luego unos globos se dejaron volar, todos te fueron a buscar a vos y el viento los ayudó.

    Ayer, mamá otra vez sacó ese alma que se multiplica en días que esta vez son diferentes a aquella vez, pero Luna…diferentes con esos argumentos que todos los días los amigos que te contaba nos dan para vivir, aquellos abrazos, aquellas miradas y aquellos ojos otra vez estaban, como todos los días detrás del teléfono, como todos los días en nuestra casa, como todos los días cuando miramos el cielo, dándonos ese corazón enorme para mirar más lejos cada noche y mirar ese Ángel que queremos ver, que se cruza en ese cielo tan enorme como en el jardín tan pequeño que con mamá vos cuidabas algunas veces regando plantas y mirando el más allá.

    Los amigos, todos, se juntaros esta vez, mamá los convocó con esa energía que seguro vos también tendrás por donde estés, con la misma que siempre nos sorprendiste…siempre. Mamá de algún lado tomo ese temple para convocarlos, como cuando escuchó sus compañeros del Cordal. Me vinieron a dar su regalo de cumpleaños, la visita de cada uno, una sorpresa que no puedo dejar de agradecer, una sorpresa que no tiene límites en la emoción de un corazón que ya no sabe que mas deberá resistir este verano, cargado ahora de ese viento plagado de amor que vinieron a dar. Es que es así como los barriletes vuelan, te acordás?, con mucho amor, un poco de viento que los amigos siempre llevan y el deseo que nos abraza, así fue que con todo eso, mates, vino y mucho mas hicimos del lugar un espacio donde la energía tenía espacio para volar, para tener algo de esa mirada a vos que nos aúna y nos deja quererte, soñarte. Querernos.

   Gracias amigos, a vos Sandra que cada día me enamoras más y también a vos Luna por todo esto.
 

1 comentario:

Elina dijo...

Amigos:

Estamos acá(que no es tan lejos) y de vez en cuando los leemos. Así, detona la fuerza de ustedes en cada lectura. Como una enseñanza,como una respuesta a aquellas preguntas que no hemos resuelto. Nos colma de orgullo conocerlos. Haber tenido esa mágica oportunidad. Pensamos mucho y les dedicamos momentos a la distancia.
Besos al artista y a esa leona violinista.
Eli, Juan y Ámbar.