jueves, 20 de diciembre de 2012

Luna Radiante.


   Una Luna radiante asoma en este cielo de la tarde, galopa entre nubes y surfea en las olas del sol en fuga, luces tibias, cálidas, besos de ausencia y palabras de consuelo que llueven en paracaídas de agua, directo al alma. Niña hermosa…cuantas emociones nos estas repartiendo, siempre intensa, siempre fuerte, nunca desapercibida.

   Este camino es ciego, no tiene guía, no tiene consejos, no tiene aliento ni como mirar detrás, hay un piso borroso y un aura que enamora, pero que no puedo tomar, aquella sonrisa que escucho irremediablemente me acompaña incansable, una voz tan dulce como verde  silencia el ruido de mi derredor, quiero poseerte, tenerte…que brusco en este amor, que torpe en mi historial acompañado de tu cristal sutil y delicado. Pasarán los días y los meses, la eternidad y yo tratando de verte, así somos, así soy, la foto que nunca saqué, la imagen que nunca pude es esa, poetizada por tus ojos, aquellos que me enamoraron de tu mamá desde el momento que la conocí…no podías ser de otro modo, montaña y mar, piedra y tierra, agua y sal.

  Los días que vienen no son días, son fotos, son hojas en blanco con un perfume repartido en ropa y sábanas que se dispersan, que se olvidan solas, navegaré por allí, tratando de alegrar la tristeza, de armar esta foto que se dispersó. 
 

 
Foto con Anet, compañerita de La Calandria, de regreso a casa.

No hay comentarios: