miércoles, 3 de febrero de 2010

Enero mio...


Llegó el enero esperado, lo que no esperábamos era salir de viaje y como Paula dice por ahí, con esas emociones cargadas.
El viento, las olas y el mar fueron parte de un extra que se colmó de sensaciones. No sólo por la playa, y todo lo que las olas implican para quién vive en la ciudad, sino por el roce con la arena, el paseo por Mardel, que mas allá del gentío abrumador los tenía a Silvia y Mauri, primos cercanos esperando. Por fin fuimos y casi como que salimos como nuevos, luego de tanto arenal. Al regresar nos esperaba Mar de las Pampas, también Paula, Mariano y sus hijos Dante y Lola, con toda la magia, con el amor desprendido nos recibieron en su bunker de temporada, nos dedicaron un número de deseos que entre esplendor escénico y un espectáculo cada vez mas arrollador nos dieron ese barrido de sonrisas, carcajadas y asombro, Gracias chicos, volvimos como nuevos y todos fueron junto a Débora, Fernando Roberto y Cecilia ese pensamiento interminable que al viajar de vuelta nos abrumó de mas emociones, sensaciones, y nuestro corazón, abierto desde entonces, se revolcándose entre cada parte de esos pocos días, horas.

1 comentario:

Debo dijo...

qué hermoso... después de esa intensidad de momentos viajé para la selva brasilera y volví ahora, recién veo esto!
Esa tarde en la playa, para mí fue mágica. Y todavía recuerdo los ojitos de Luna, que nos llenó de alegría con sus ocurrencias. Ella es un verdadero solcito.
Nos vemos pronto, un abrazo bien fuerte para los tres!