lunes, 9 de enero de 2012

Domingo

Ver las tareas pendientes, las cotidianeidades, las rutinas y los avatares que se interponen, famosos imponderables rutinarios, y poder entendernos en un contexto tan amplio, discimil, sin ganas de tantas cosas, con tantos conflictos sin ánimo de estudiar, y a la vez tantos momentos, cosas, amigos y lugares que nos empujan sin mas que ...ese latir que nos une.


No es momento de explicar, no se si quiero Luna querida que me pregunten porque, como, y ya que las cosas en el mundo son así yo se que debería ser de este modo, y así nos va, amigos, así nos sentamos en un bar para sentir que las cosas son como son y nadie lo puede explicar mejor.

Si yo supiera que sólo alguien es como es y lo quiere explicar no esperaría una casualidad para enterarme el porqué, sin embargo, acostumbrados a mirarnos el ombligo, y ver como nuestro estruendo es el mas fuerte, nadie sabe de nuestro lado, de nuestro querido, y menos del otro lado.

Seguiré contando, seguiré viendo el como,nadie podrá entenderlo mejor que después de un domingo abierto,cálido, cerca y sincero de ese momento que nosotros esperamos, a tu lado, en ese campo que se cuida y se crece, primos de La Nazarena, mimados y queridos, mimando y queriendo, a cielo abierto, como nuestros corazones cuando los vientos soplan para aquel lado.

Esta vez pasó tiempo, estuvimos cerca pero tantos motivos no nos dejaron vernos, aunque si sentirnos, hablarnos de algún modo y creer en los impulsos, Luna, pasan muchas cosas, estás mas habladora y mas ocurrente, estás querida, y con cada pregunta escuchamos los latires que nos tocan, lejos están las renuncias y los cambios,los resultados y tantas cosas,ningún mejor resultado que ese que me termina posando la mirada en vos.
 

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