domingo, 22 de agosto de 2010

Dia de sol

Un día de sol no porque el astro rey esté asomado calentando esta parte del globo, sino porque de esa iluminación estaba plagado cuando sentía que las cosas, al menos hoy, eran diferentes. Las caras no eran las mismas, los gestos, las personas del derredor, las curvas de la esquina, los árboles y sus sombras, el aroma de Palermo, las miradas que se cruzaban, las preguntas y sus respuestas…. Un día de esos en los que nacen, como dictados por la magia, los sabores de las compañías, las charlas viejas que se guardaron para esta vez… cómo llega un día así? Llega porque en ese mundo siempre dos polos conviven situaciones opuestas que solo esperan el momento del otro extremo, la paciencia de un día, una semana, un mes mordiendo el polvo seguro traería otro extremo, y fue así, desinteresado y de regalo, con la compañía de los primos, envueltos en una Luna que con los ojos más abiertos que nunca miraba su derredor, esta vez callada, irradiando brillo a un día placentero, en un paseo que años detrás era entre sus padres, jugando entre la imaginación poderosa que veía los animales del zoo en otro lugar verdadero, calesitas cómplices que regalaban sortijas, galletitas indispensables que sostenían las caminatas y mañanas que se marmolaban en los recuerdos que aún hoy se sostienen vivos en esos padres que son primos y que también son padres de hijos pequeños. Matías, Nadia, y de este lado Luna.
Fue la puerta de una primavera que se avecina al fin, es la carta de presentación para una temporada que vendrá a paso lento regalando más momentos, diferentes, planeando silenciosa con mas fotos, mas recuerdos, mas inolvidables paseos por el alma de cualquiera de nosotros, estemos donde estemos

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias Pabli por compartir un día tan maravilloso con nosotros!!! y Lunita seguí disfrutando de las papas fritas y de tantas cosas ricas!!! Los queremos mucho, Caros, Maty, Nadia y Sandra.