Hay personas en el mundo, en la historia, que hicieron de las palabras, de las actitudes, de cosas en las que se destacaron sublimes esponsoreos espirituales de quien es tu papá en esta vida.Esas personas, que a veces limitan con su propia vida, regocijan el alma, son recurrentes copas de energía a las que se recuerda por varios medios, en los sueños, en los pensamientos, bajo la noche abrasadora de climas impertinentes, tras acontecimientos varios, siempre emblemáticos. Son como espíritus que por algún motivo vienen a la mente como enviados por un corazón que lo lleva desde que los conocieron, desde que supieron que existían.
Quizás todas ellas sean la misma persona, no se, quizás sean imágenes que yo inventé, a esta altura no me importa mucho si existen o no, se que me inspiran, que me llevan donde me llevan y que con ellos satisfago mis fuentes de referencia, inspiración.
Imposible describirlos a todos de una sola vez, creo que por algún motivo te los iré contando mientras el tiempo pase, mientras las causas de esta vida vuelva a citármelos como para que te los presente, así como te presenté al Principito te voy a llevar ahora a un lugar cercano, en medio de nubes brumosas, que invitaban a la mas temerosa locura, con la debilidad de un avión ligero, con un motor diminuto, frágil en el espacio como cualquiera de nosotros, pero con ese
espíritu plagado de sueños, emoción, poesía, cosas que tiene la gente hermosa de este mundo, que desde muchos lugares, pero valorando aquellos que lejos de las ciudades lo nutrían de los valores mas coloridos, necesarios al punto de con su vida llevar al límites las posibilidades de llegar a ellos. Él, se llama Saint Exupery, es una de aquellas personas parecieran de otro mundo, que bajo los sueños, a las sombras, en los infinitos mas cercanos y en los crueles momentos, donde alguien puede ayudarte, o quizás cuando necesites de la magia, de la ternura, de las palabras que rieguen tu alma… acordate de él.
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