sábado, 11 de abril de 2009

Felicidades




Ayer, 10 de Abril, mamá Sandra cumplió años. Es el tercer cumpleaños de alguno de nosotros que pasamos en casa. El pasado año Luni estábamos en la clínica y nos sorprendías en el mas allá con una risa que nadie de nosotros había visto. Al ver la foto congelada, las lágrimas se me desprendían, al ver que en esa décima de segundo imperceptible y mágica miraste a la cámara, sonreísteis y continuaste con el “feliz cumpleaños”, sin que nadie se diera cuenta que dejaste regalado para la posteridad una sonrisa que dice mucho de ayer.

Un años después debatimos en madrugada infinita mientras vos dormías.





Mi cumple primero, en la costa del atlántico; el tuyo luego en el campo de Graciela y Pato, y ahora el de mamá, en casa, como reeditando algo de aquellas reuniones que inevitablemente los fines de semana nos encontraban desdibujados tras las siluetas de algún vino, charlando de quién sabe que.
Después de los saludos iniciales la noche va derribando invitados hasta quedar sumergidos en lo profundo, en lo esencial, sin poder esquivar invariablemente ese rincón tras una pequeña mesa discutiendo como llegamos a esto. Café, vino, mate y té circulan descontrolados. Por el patio mas encuentros en el silencio de una casa que parece destinada a producir estas cosas, amigos que se resguardan del paso del tiempo sin esquivarle a las arrugas, ni a las horas de la madrugada.
El cumpleaños de mamá fue, esta vez mas tranquilo que dos años atrás, ocultos en máscaras de disfraces, lejos de la clínica, como el pasado año, en casa, con vos, y disfrutando de este sueño inmenso, cansado de mis cinco horas de sueño… en dos días.
Serán estos los momentos en los que uno se infla de energía para los día venideros? Porqué no me canso y despierto revivo eso, como tantas veces en la semana y los días venideros? Luna, el núcleo de la fuerza está seguramente entre los amigos, los conocidos, los desconocidos, esos que son capaces de compartir una mesa, y después de 25 años escucharte como la primera vez, reírse, como si nunca hubieran escuchado tu chiste, y a sabiendas que en un viaje donde todo se deje, y sólo una mochila nos lleve, el peso mas liviano, y de mas lugar es el de la amistad. La que no vas a dejar, y aunque cuestiones la escucharás como el mejor álbum de tu vida, y todo entre caras nuevas, vinos cualquiera, y un desorden descomunal que nos dibuja, pero de una lectura que el tiempo seguirá ocupándose de destramar, entender y radiografiar.





1 comentario:

Anónimo dijo...

Lunilu me encanto compartir con vos y tu mami el dia despues....San y Pablo gracias por permitirme amanecer resguardada en una casa que es testigo una y otra vez del trato calido que se le brinda a un amigo, el si incondicional de siempre que sin planearlo encontre una vez mas.Los quiero mucho a los tres!!!!!!!
Lunilu sos hermosa y medida que creces voy descubriendo tu hermosura interior....que es mucha!.Andre