martes, 21 de abril de 2009

A Luna y Sandra, mi premio



OK, un premio no se recibe todos los días, y lo acabo de recibir, este premio no es un beso de Luna, ni una dedicatoria de Sandra, es un premio a una foto que de regreso a casa, desde lo lejos del mundo, nos decía lo sencillo que era todo, lo simple que se puede entender, lo dulce que se puede ser aún en situaciones que están muy lejos de nuestras condiciones para ser felices.
Me quedo con la sensación de haber recibido un premio pero tras de él está la imagen de una persona que transmite calidez, que siempre detrás de un abrazo viene esa sensación de haber retenido por un instante la energía que primero llevará a uno por unos primeros pasos algo extraviados de la fuerza que ese abrazo contiene, y luego, al pasar del corazón a la mente esa sensación se transfiere en un cúmulo de pensamientos que seguro dibujarán una sonrisa por un rato largo después de haberla despedido. Ella con su voz baja, casi susurrando, acariciando el alma es parte de este recuerdo que contiene tantas cosas solo simplificadas en la entrega de un premio, nadie mejor que Cristina para recordar este momento especial, ella es especial.
Y claro, como no recibo premios todos los días este tiene una dedicatoria, que es a quienes vienen repartiendo amor, valor y energía como para que de una buena vez presente una foto a un concurso, Ella Sandra y ella Luna, que desde los días de cada una se reparten las vibraciones para darme respiro sólo en los sueños, ellos, los sueños, que despierto las contienen y que dormido las recorren, y que así como aquellos chicos nos dijeron que habíamos llegado a lo máximo, comprendo hoy que en realidad lo que hacían era marcarnos un camino, en el que ya era momento de pensar en una Luna, pero la nuestra.
Para Luna y para Sandra, mi dedicatoria.

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