Hay un mundo que se parece poco al nuestro,
es un rincón que desde que nací me acompaña y tiene un refugio en un lugar
similar a la sombra, aunque inevitablemente pase de una manera casi
regular…aunque mire el sol, la vereda o a su reflejo. cuando paso por aquella
sombra no me detengo,…por más que su aroma desprenda curiosidad. Quizás hoy, un
tiempo en el que por algún motivo me detengo en las esquinas que me dejaste
para meditar recuerde con más intensidad detalles de aquellos recuerdos en
sombra…de los que reniego por no poder explicar. Como por un fugaz destello en
el caminar tuve la sensación que una película venía a mis ojos, sentado en un
cine en mi butaca, un sueño del recuerdo, un recuerdo de una película…en
realidad no sé si lo viví, lo pensé…lo soñé. Y no son casualidades, lo se…aunque
quizás de ese modo lo explicaría mejor. Pero no es así, no son milagros ni ángeles…o
algo de cada uno de todos ellos. Quizás haya días que son milagros y otros ángeles,
algún otro podrá ser…casualidad…mi sensación es que cada día sos vos, que cada día
algo distinto nos acompaña y es nuestra manera de no conocer mas allá de
nuestras narices, el resto es el ánimo de cómo me levanto, deposito en algún
dios, la casualidad o tu ángel aquellas cosas que pasan, aunque debo confesar
que hay muchas que me acompañan desde hace mas tiempo que el que llevo sabiendo
de vos, aún antes de legitimar la relación con tu mamá. A ella la conocí mas
que tiempo antes, aún el asfalto no era parte de las ciudades y los caminos se
hacían bajo la guía de las estrellas, entonces quizás los milagros comenzaron a
conocerme, y el primero de ellos fue cruzármela baja la sombra de un árbol en
Guatemala, o por allí, mientras centenares de animales cantaban desinteresados,
bajo la atenta miradas de ese par de ojos que pareciera todo pueden percibir…y
que todo lo percibido era sujeto a dos ojos intensos como la luna al asomarse sobre
la arboleda de un bosque.
Casualidad dios o ángeles que me toparon con
tu madre por aquellos años donde la vida no tenía internet, ni cables ni
electricidad, aunque los polos existían y los aromas eran más intensos en las
periferias por donde transitábamos, desde aquel entonces que venimos boyando
hasta que viniste vos, nos diste esa síntesis de amor quede tan intensa nos da
para unas cuantas vueltas más por esta vida, o por este mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario