viernes, 14 de junio de 2013

Sobre ángeles, casualidades, dioses y milagros.

  Hay un mundo que se parece poco al nuestro, es un rincón que desde que nací me acompaña y tiene un refugio en un lugar similar a la sombra, aunque inevitablemente pase de una manera casi regular…aunque mire el sol, la vereda o a su reflejo. cuando paso por aquella sombra no me detengo,…por más que su aroma desprenda curiosidad. Quizás hoy, un tiempo en el que por algún motivo me detengo en las esquinas que me dejaste para meditar recuerde con más intensidad detalles de aquellos recuerdos en sombra…de los que reniego por no poder explicar. Como por un fugaz destello en el caminar tuve la sensación que una película venía a mis ojos, sentado en un cine en mi butaca, un sueño del recuerdo, un recuerdo de una película…en realidad no sé si lo viví, lo pensé…lo soñé. Y no son casualidades, lo se…aunque quizás de ese modo lo explicaría mejor. Pero no es así, no son milagros ni ángeles…o algo de cada uno de todos ellos. Quizás haya días que son milagros y otros ángeles, algún otro podrá ser…casualidad…mi sensación es que cada día sos vos, que cada día algo distinto nos acompaña y es nuestra manera de no conocer mas allá de nuestras narices, el resto es el ánimo de cómo me levanto, deposito en algún dios, la casualidad o tu ángel aquellas cosas que pasan, aunque debo confesar que hay muchas que me acompañan desde hace mas tiempo que el que llevo sabiendo de vos, aún antes de legitimar la relación con tu mamá. A ella la conocí mas que tiempo antes, aún el asfalto no era parte de las ciudades y los caminos se hacían bajo la guía de las estrellas, entonces quizás los milagros comenzaron a conocerme, y el primero de ellos fue cruzármela baja la sombra de un árbol en Guatemala, o por allí, mientras centenares de animales cantaban desinteresados, bajo la atenta miradas de ese par de ojos que pareciera todo pueden percibir…y que todo lo percibido era sujeto a dos ojos intensos como la luna al asomarse sobre la arboleda de un bosque.
   Casualidad dios o ángeles que me toparon con tu madre por aquellos años donde la vida no tenía internet, ni cables ni electricidad, aunque los polos existían y los aromas eran más intensos en las periferias por donde transitábamos, desde aquel entonces que venimos boyando hasta que viniste vos, nos diste esa síntesis de amor quede tan intensa nos da para unas cuantas vueltas más por esta vida, o por este mundo.





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