No
siempre uno tiene las palabras, en realidad sólo unas pocas veces me quedo con
algunas de ellas para creer que puedo esbozar una respuesta. Es la ausencia que
me provoca mi ausencia, es la falta de argumentos lo que desvalida mi
presencia, asume el dolor y el cuerpo se posesiona con él, argumentando si, más
peso y más penuria a tantos conflictos de mi cuerpo en estos tiempos.
Como responderle a mamá su razón para
llorar, sus razones para entristecer? Enmudezco inútil ante la razón de no
encontrar más que vacío en los caminos de regreso, sabiendo que las manos y el
alma están sin nada, y bajaremos solos del auto, en la casa Tango nos espera.
Gracias Elina y Juan por estas fotos...
1 comentario:
Gracias a Luna por las burbujas...
Los queremos mucho.
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