Los
esfuerzos que hacías para hacer cinco pasitos, para estar a la altura de otros
chicos, para demostrar que vos podías, y sin quejarte hablabas y jugabas aunque
mamá y papá estaban atendiendo otras cosas, vos te parabas y vos querías todo
lo que sabías deseábamos, aunque no podías, aunque no siempre estabas con toda
la energía y no lo decías, hasta el último día. Hay un último día.
Jugabas en los juegos y mirabas los otros chicos,
pero vos te divertías y vos proponías las casitas de la nada, la habitación y
sus ventanas, comida y juguetes había en tu imaginación, imaginación sin límites,
sin reparos. Me mirabas embelesada de verme con la cámara en reuniones y decías
con la mirada…ese es mi papá, y tu orgullo lo sentía, lo extraño. Siempre proponías
y siempre jugabas, sabías donde estaban los juegos, donde los chistes y donde
el humor, ibas y venías ibas y venías hablabas y silenciabas cuando te
preguntaban, eras tímida, como papá, es cierto, y luego también jugabas con eso….eras
Luna, nuestra hija que hoy tanto extrañamos, que tanto necesitamos tener en
nuestro corazón para no morir de tristeza.
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