Por un momento entiendo las formas y me detengo en cada detalle, por ese instante el arte es entregado y lo tengo entre mis manos, sin alteraciones, con música semejante y con la altura de cada piedra, de cada montaña, da igual. Afuera todos gritan y me parece poco, son un murmullo en un gran galpón donde todos ladran, casi no puedo escucharlos cuando en momentos como este disfruto de toda este perfume que emana la vida, diarios, radios y tv hablan de la vida y las soberbia empapa las cuestiones. Es sólo cuestión de estar un poco atento, o de tener los ojos abiertos cuando la oportunidad, el momento está latente, lejos de todo eso.
Como un disparo de mi cámara congelando la única secuencia donde la belleza pasa por mis ojos, y tengo la mente despierta, ese rostro queda por siempre, como éste donde pareciera que todo florece, Luna crece y cuando nos dimos cuenta podemos sacar la foto, este único pasaje no tiene repetición, es una única vez en la que el universo lee esta poesía, y es mejor que pueda escucharla, que podamos hacerlo, como flotando entre las olas tranquilas al borde de una playa clara, mientras cada ola es el sonido de la felicidad, lejos de todo ruido.
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