jueves, 11 de marzo de 2010

Aprender de Luna


En esa ventizca de marzo nuestra columna vertebral es la terquedad de Luna en reir, reir, y seguir riendo. Hablar, querer hablar mas, levantarse, quererse parar, ir de un lado a otro, investigando, mirando y preguntando.



El alma de esto no es ni sus dificultades, ni sus logros, propios de un chico o una chica de su edad, es leer entrelineas como los mensajes llegan a diario, mostrando a cachetazos que lo perdido no se recupera, el tiempo de miseria en vano sera inutil, aportara solo a mas tiempo inutil y con mas miseria, no reimos a tiempo... tarde sera siempre y la foto no podra mostrar otra cosa, quizas el desgaste cuente en contra, pero los esfuerzos sumen en contra, como una emperrada oposicion que solo quiera restar, y mientras logramos que todo este en orden nos olvidemos de gozar, mientras del otro lado los artifices de la triste realidad se relamen atornillados a una apuesta firme, el fracaso.



Todo esto es virtual, pero es verdad que sucede, que descubrimos tarde lo que significa haber llegado a un piso, endeble pero piso al fin.



Nos muestra la realidad que Luna quiere seguir creciendo, y que sus dificultades son diferentes, pero somos nosotros los que debemos aprender que tanto tiempo paso sin que tantas cosas se hayan cumplido, en esto de vaticinar fracasos (son opoiciones parecidas), y paso casi toda la vida de Luna entre mensajes de dificultades, derrotas, y varias cosas mas.



Si Luna fuera nuestra cuarta hija quizas hayamos podido ejercitar la cintura para saber como tomar cada cosa, pero no, Luna es la primera, nuestros miedos se acumulan y no se descartan, se suman a diario, se incorporan a nuestra conciencia, se desparraman como el calor por la casa y hace estragos, para devolverle a Luna algo de todo lo que nos esforzamos en descubrir en cada rincon lo que ella mismoa nos dice, este presente no puede pasar en vano, es milagroso, por llamarlo de alguna manera, es contundente, por llamarlo de otra, debemos aprender a bailar de otro modo, a reir de otras cosas, a jugar de cada soplido que el viento nos regale. Ella hace un mundo de juguete, con amor incluido sin importar si afuera hay o no quorum, si se usan o no las reservas, si la madre y el padre rien o lloran luego de cada entrevista, entonces deberia comprender que no hay seguro que evite chocar, que no hay casa que no se pueda caer, que nadie tiene el futuro amarrado, entonces poco sentido tiene querer parar el viento, tapar el sol por un proximo dia de calor, Luna genera alegria, valor, entonces hay algo que aun no lei de este libro que ella abre cada dia...

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