sábado, 15 de agosto de 2009

Noches en tu nombre


En cada noche se encendían como ramos de flores las luces de la estela galáctica, nos acercábamos sin querer a los pasillos de un mundo donde la única razón es la fuente de energía que la fundó, sin mas, sin explicación, creciendo poco a poco hasta que casi no podamos mirar atrás, de tanto recorrido.
El mundo repleto de inequidades me regalaba este pequeño espacio, contemplándote incansable, bañándome de admiración que parece tan infinita como la lejanía de esas noches que se ven desde donde estaba, de paseo en Córdoba.
La noche no tiene dueños, no tiene fin ni creador, es un sueño que se ve oscuro, está iluminado por infinita cantidad de astros, se ve, no se puede tocar, te deja transportar, nos lleva incansables por la demonizada y laberíntica curva de lo inesperado, feliz de los inesperado, colmado entre tanta lujuria regalada. Así te veo hoy, así estoy hoy, viéndote libre, gozando de este calor, olvidando pronto los fríos pasillos, para volverte a sumergir en la lluvia de la noche.
Tu nombre hace gala en este lugar, escondida, reina, prendida como brújula monumental, regalo mágico entre marinos plateados y amores ebrios, tu nombre hace poesía entre la inmensidad que te espera, tu contacto es lazo entre las olas y la arena, el impulso invisible de tu presencia en algún lugar, llevando y trayendo el agua de tus océanos, tu imán es la energía que nos atrae, envuelta en tus ojos que de madre lleva lazos tan extensos como de la tierra al sol.
Este tiempo en Córdoba me dejó reír, mirar, encontrar, no se como sigue la historia, se como fue, y en diferentes partes leyendas y mitos, me veo yo, te veo allí, mía, Luna, brillante.
Sos Luna entre tu misterio, magia, lejanía y compañía, sos luna entre tanta magnificencia, pero nuestra, cercana. Tiene la historia de nuestra vida, en sus genes están los nuestros, en los tuyos, en tu vida está lo escrito y mas aún… lo no escrito, lo oculto, lo mágico, lo incomprendido y lo no visto, lo brujo y lo inspirador.
Sos Luna porque este momento lo ilumina, lo ve, lo rodea. Porque se despeina, se desarregla y está locuaz, contestataria, creciente, de desgarra y se cura, sos la foto, el viaje y el recuerdo al final del muelle, sos el desierto y la llanura, el volcán, el agua, la mirada vikinga y la poesía Maya, sos la sutil dinastía y la bravura nativa, sos Luna, mi Luna.

1 comentario:

Penélope Sierra dijo...

que maravillosa foto, es tan hermosa, que es difícil dejar de mirarla...y bellos los textos.

Un fuerte abrazo.