jueves, 23 de abril de 2009
La Noche Triste
A las cuatro, despiertos otra vez ella nos dijo que todo estaría bien, lo cierto es que así fue y cuando con los resultados nos fuimos al doctor él vio la mirada de ella, lo pensó y todo continuó. Parecía que nada sucedió, sólo que Sandra con Luna saltaban por los pasillos felices de saber que desde todo lugar cada cuota sirve para pelear, para querer, para valorar.
martes, 21 de abril de 2009
A Luna y Sandra, mi premio

Me quedo con la sensación de haber recibido un premio pero tras de él está la imagen de una persona que transmite calidez, que siempre detrás de un abrazo viene esa sensación de haber retenido por un instante la energía que primero llevará a uno por unos primeros pasos algo extraviados de la fuerza que ese abrazo contiene, y luego, al pasar del corazón a la mente esa sensación se transfiere en un cúmulo de pensamientos que seguro dibujarán una sonrisa por un rato largo después de haberla despedido. Ella con su voz baja, casi susurrando, acariciando el alma es parte de este recuerdo que contiene tantas cosas solo simplificadas en la entrega de un premio, nadie mejor que Cristina para recordar este momento especial, ella es especial.
Y claro, como no recibo premios todos los días este tiene una dedicatoria, que es a quienes vienen repartiendo amor, valor y energía como para que de una buena vez presente una foto a un concurso, Ella Sandra y ella Luna, que desde los días de cada una se reparten las vibraciones para darme respiro sólo en los sueños, ellos, los sueños, que despierto las contienen y que dormido las recorren, y que así como aquellos chicos nos dijeron que habíamos llegado a lo máximo, comprendo hoy que en realidad lo que hacían era marcarnos un camino, en el que ya era momento de pensar en una Luna, pero la nuestra.
Para Luna y para Sandra, mi dedicatoria.
lunes, 13 de abril de 2009
sábado, 11 de abril de 2009
Felicidades

Mi cumple primero, en la costa del atlántico; el tuyo luego en el campo de Graciela y Pato, y ahora el de mamá, en casa, como reeditando algo de aquellas reuniones que inevitablemente los fines de semana nos encontraban desdibujados tras las siluetas de algún vino, charlando de quién sabe que.
Después de los saludos iniciales la noche va derribando invitados hasta quedar sumergidos en lo profundo, en lo esencial, sin poder esquivar invariablemente ese rincón tras una pequeña mesa discutiendo como llegamos a esto. Café, vino, mate y té circulan descontrolados. Por el patio mas encuentros en el silencio de una casa que parece destinada a producir estas cosas, amigos que se resguardan del paso del tiempo sin esquivarle a las arrugas, ni a las horas de la madrugada.
El cumpleaños de mamá fue, esta vez mas tranquilo que dos años atrás, ocultos en máscaras de disfraces, lejos de la clínica, como el pasado año, en casa, con vos, y disfrutando de este sueño inmenso, cansado de mis cinco horas de sueño… en dos días.
Serán estos los momentos en los que uno se infla de energía para los día venideros? Porqué no me canso y despierto revivo eso, como tantas veces en la semana y los días venideros? Luna, el núcleo de la fuerza está seguramente entre los amigos, los conocidos, los desconocidos, esos que son capaces de compartir una mesa, y después de 25 años escucharte como la primera vez, reírse, como si nunca hubieran escuchado tu chiste, y a sabiendas que en un viaje donde todo se deje, y sólo una mochila nos lleve, el peso mas liviano, y de mas lugar es el de la amistad. La que no vas a dejar, y aunque cuestiones la escucharás como el mejor álbum de tu vida, y todo entre caras nuevas, vinos cualquiera, y un desorden descomunal que nos dibuja, pero de una lectura que el tiempo seguirá ocupándose de destramar, entender y radiografiar.
