jueves, 7 de agosto de 2008

Loreley

Y en este tiempo las cosas fueron sucediendo entre la noticia feliz de ver los resultados del último análisis de Luna Todo ok, todo muy bien diez, con ella sin medicación, con el amor de los que la rodean.
Ahora en ese amor nos queda pendiente sonrisa feliz, sonrisa fácil y sonrisa contagiosa, aquella que por momentos está escondida esperando el detonante y esa misma que se desparrama airosa por la casa sin pedir permiso, sin pedir perdón. Es bienvenida y nos reconforta entre las esperas de todas las terapias de Luna. Esa sonrisa se llama Loreley y tiene la ventaja distinguible de ser seductora, esa sonrisa espera la mecha para encenderse sola y claro, como no recibirla con todos los honores cuando como cada día, es necesaria entre nosotros, y sobre todo en Luna.
Lore vino con sus masajes kinesiológicos abasteciendo de combustible, de energía cada necesidad de Luni, que a pesar de lo que significa sacarle sus molestias nasales ella pone cara de seria mientras su trabajo alivia las paredes a un oxígeno libre de estorbos, Luna llora cada vez que le toca, es la única vez que llora, ni cuando entrega su bracito para que le extraigan sangre le cae una lágrima, pero cuando Lore viene y Luna está congestionada no puede resistir el llanto, el grito, el desconsuelo, esperando de sus padres la salvación, pero Lore hace su tarea impecablemente, inmutable, para luego pedirle perdón y volver a hacer de Luna una niña que puede sonreír, y la deja en manos de su madre, para reconciliarse con su mundo pacífico, tranquilo, donde no hay tormentas que molesten su música, la que suena en casa y desde su interior.
Lore vuelve cada vez que debe, pero nunca deja atrás su sonrisa, su ánimo y su manejo de la sincera humildad, manejando un auto por donde hay caminos sin mirar a que mano van, ella hace el camino entre los surcos de su prestancia. Ella viene trayendo a casa la seguridad de encomendar las mejores tareas y consejos desde que estamos acá, pero mas que nada le debemos la seguridad de saber que la tarea hasta ahora mas difícil es llevada por una mujer con el amor suficiente para que Luna esté en las manos mas tiernas, confiables y experimentadas de las que llegan a casa.
Como se agradece que a casa entre una persona que va a tomar a tu hija, delicada, sensible, y que sabes que la va a tratar como merece? Sólo diciendo gracias, y sólo dándole la bienvenida como lo hará Luna y nosotros siempre, mas allá de este complicado tramo, a sabiendas que todo ese amor es el que Luna necesita para que los resultados sigan dándole bien, con este amor y todo el que tenemos para ofrecerle, solo para devolverle el que ella contagia, como la sonrisa de Loreley.

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