jueves, 26 de julio de 2012

2-11

Hay algunas maneras de comprender la vida que como dije antes, o como entendí tiempo atrás pueden ser sencillas. Mas acá o mas allá la verdad es que el universo es un todo que no es extraño, es mas bien una especie de gemelo que de maneras y formas infinitas se comporta de modo paralelo al entorno que fabricamos, o ese entorno nos amolda según pensamientos y actitudes que vamos generando. De un costado u otro, con unas plegarias u otras, con cualquiera de millones de prácticas todos formamos parte de un desenvolvimiento universal. No fue nada casual, nada interrumpe las exigencias que proponemos, expectativas y utopías que solicitamos… a quién sea. Lo cierto es que por algún motivo no quedaba tan lejos La Nazarena, fuimos y fuimos, festejamos y soñamos, que decir de Luna que en sus peores momentos hacía terapia entre el verde, la inmensidad y la vastedad de una casita de fantasía, con sus habitantes magistrales. No era casual que ella al volver estuviera mejor de tanto aire nuevo, limpio, fresco. Como no darnos cuenta que era el secreto que se nos revelaba, las imposibilidades que yo creía eran derribadas por el valor de Sandra y sus universos vastos, tan vastos como lo inimaginable. Así conseguimos las bases de ese lugar aún sin nombre.


Fue en la casa de Erick que el tema volvía a la mesa, pero no había margen para mas créditos, hasta que en la misma tarde la gigante Cristina anunciaba los créditos que tenían nombre, Luna. Fue ese momento en que todo se hacía muy evidente, la noche de anoche una estrella fugaz lo anunciaba, surcaba el cielo de bando a bando, y sólo quedaba entender que los números para un sorteo eran los de la fecha de nacimiento de Luna, 2-11…. Claro, no hacía falta entender más, ese lugar era nuestro desde antes de nacer.

Entonces no podíamos esperar, yo no puedo esperar, hay algo que pasa mas allá de lo escrito, y es el universo como tal, ese gran gigante que coopera, avisa, habla…sólo queda escuchar, prestar atención, abrirse, amar.

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