Encuadrar los momentos es quizás la tarea más complicada, encontrar los argumentos para pararnos en donde corresponda, evitando mirar las luces de neón a cambio de las palabras del corazón, esquivar las sirenas a cambio de los comentarios del espíritu, oír las habladurías a cambio de los comentarios poéticos sin saberlos, los chillares molestos, los ruidos, los barullos… sin su voz tan angelical. Son muchos los argumentos para no desesperar, y para atormentar, son muchos los vientos para no salir despeinado, abrumado, abrumados. Y aún con los infiernos a la espera tomados de los árboles que quedan pensamos nuestros momentos, Tango Luna y yo repartimos postas para sostenernos en caminos que puedan continuarnos, darnos música, serena calma, y allí vamos, como desde que vamos.
viernes, 9 de diciembre de 2011
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