sábado, 15 de octubre de 2011

Amigos.

Escribir sin motivos a veces resulta interesante, rescatar de los subsuelos desconocidos y olvidados las postales de un tiempo pasado, de los momentos más cajoneados, de los tiempos que uno quiso olvidar…


Un almuerzo con amigos tiene también algo así, como escribir sin motivos y encontrar cosas destempladas, desvencijadas, y también parte de ese ADN que me conforma. Me guste o no. Lo cierto es que los motivos se suceden, palabras a veces de lasque no dispongo tantas en oferta, de tanto pensar, de tanto por resolver, y no porque sea mucho o profundamente determinante, la mayoría son palabras que se suceden en esta casa y que ordenan este caos del que no siempre podemos dejar a un lado. Siempre hay alguien, siempre hay cosas y llegar tarde entre culpas repartidas es normal, aunque no me acostumbre. Siempre hay temas para resolver, cuatro o cinco en lista de espera, en trámite o en junta evaluadora. Por eso quizás una reunión con amigos resulte que no quiero hablar, que no quiera escuchar, que solo quiera estar un poco a cada lado en fin de tomar un poco de alguna columna vertebral, aunque sienta lejos la firmeza que necesito, aunque quiera atornillar los comentarios y sus fuentes.

Una reunión con amigos dispone de culpas, de celos y de acercamientos, hoy más que nunca las lejanías en este trío compartido, con hijos chicos, unos más quicos que otros, otros más pequeños que los grandes y como si poco fuera las crisis son continuas, escuelas para padres, escuela para parejas, debería haber unas vidas mas antes de enfrentar esta sin modelo. Sin Meditación, sin un viento coherente que no arremoline estas velas.

Allí, en medio, Luna, los chicos de los amigos, el verano y su calor. El temperamento y sus inculpas, seremos peores y mejores, poco en definitiva a la hora de entender, pero si las palabras se acaban amigos… surgen otros vientos, no arremolinados, sino de tormenta, de guerra, de belicismo, violencia al fin. No importa, no iba pensando en cambiar de mundo justamente. Un almuerzo con amigos es un refresco al momento de palabras cruzadas, al que se cruza siempre buscando marear… allí están, esperando en la mesa, para otro almuerzo.

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