Domingo a la mañana, repaso lento y emocionado de un sábado con amigos, tantos amigos que tiene Luna de tan chiquita. Por tantos medios diciéndonos de los deseos, por tantos medios haciéndose presentes los que no pudieron y por tantos medios estando en La Nazarena los que estuvieron, llegando como pudieron, llegando de algún modo a este hermoso lugar que se vistió de gala para festejar el cumple (lo vistieron) como si le hiciera falta!. Verde y aire por donde sea, diferencias con las cotidianeidades en todo lugar, y así fue que hasta el clima, como cada vez que hay un festejo en lo de Pato y Grace, se pone a tono, a tal punto que se ni viento hubo, a pesar del pedido de los pobres barriletes que no pudieron hacer de las suyas.
Ya se sabe, que en estas oportunidades el agradecimiento es lo que mas cuesta graficar, nuestros corazones se abrieron de tan modo que como ritual maya lo sentimos entregado en un día como el de ayer, con las visitas de los de siempre y otras primerizas en esto de los cumpleaños de Luna, nuestra emoción contando los repasos de los mil rincones entre mate y sueño mañanero. Risas y no poder explicar como fue lo que pasó, como es que en un espacio tan inmenso nuestro amor se acurrucó de modo tal que se hace inabarcable, imposible de conbtar, ni siquiera entre nosotros.
Ayer, todos reunidos bajo ese cielo atardecido, Luna y todos los chicos soplando las velitas de este tercer cumpleaños, con los amigos y los amigos de los amigos y todos los seres queridos, me figuraba la inmensidad de esa figura, con tantos chicos y con tanto que nos estaban regalando pasando ese momento, allí resumido, imposible de contar, estamos profundamente emocionados, reverdecidos para mucho tiempo en el que olvidamos dificultades, agradecidos eternamente por tan colorida dedicatoria que todos nos hicieron, quiero quedarme con cada uno, abrazado por mucho tiempo.
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