martes, 26 de octubre de 2010

Nueva Estación.

Detenido en las cercanías de una estación de tren, obsesión la mía por los trenes, el atardecer pronunciado se dejaba vencer por la noche irremediable que al galope, como el traqueteo sobre las vías al pasar de los vehículos, no aceptaba negociación posible.


Quizás sea una metáfora, pero así me sentía yo, y no me obsesiona la noche, ni un final, por el contrario, la oscuridad lo negro y lo negado son mas bien parte de ese polo que el mundo dispone para si, pero que alguien se dispone a dejar en “otro lado”, como “El Planeta de los Simios” donde nadie podía ir a ese lado, por temor a que la verdad se supiera.

No sé si tiene que ver, pero allí llegué. Lo cierto es que pensaba sobre tantas cosas que pasaban en lo largo de al menos los últimos 40 años (no hice fiesta porque no tenía fotógrafo), y pensaba cuantas hice y cuantas no.

   Mi vida no es las de Axel Roses, ni la del Sub Comandante Marcos, es la mía, me equivoqué tanto como para enseñarte Luna unas cuantas cosas que de allí aprendí, mi vida pasa, esta vez lo siento y sé que esta misma vez hay cosas que no son iguales, y sin embargo son la misma cosa, hay algunas que parecen diferentes, pero son iguales. Hay muchos que se obsesionan con la mente joven, con la piel joven o el pelo de joven, o mil cosas que pretenden ser de jóvenes, lejos está el otro polo, la noche, lo negro, lo viejo… la vejez, pero no lo veo así. Solo miro lo que no vuelve en el tiempo que se pierde, y no se pierde en el vacío, en la espera, en mirar al vacío, se pierde cuando las frustraciones aparecen y no hay como volver.
    Miro la estación y miro las vías, miro la vida como puedo y miro hacia adelante, hasta donde puedo, en un punto se tocan las vías que parecen paralelas, la veo a Luna en su casa allá en el campo, entre los pastos largos de dos padres descuidados y arremolinados, corriendo. Veo unos amigos y esta familia, la que somos, la que siento como tal, no somos muchos, somos nosotros y hoy los vi, tomando un café, dentro y fuera de mi, abrazados de alguna manera, gracias claro, sé que no hace falta, o si.

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