sábado, 16 de enero de 2010

Recuerdos del Futuro.




Es cierto que los apuros de fin de año, que no son apuros, son espejos malhumorados de servicios al cliente, o espacios que debieran ser de introspección que vagan por la opulenta marea de silencios ensordecedores, o palabras sin destino final, entre el griterío y estruendos, alboroto y mensajes de texto como símbolo de caricias y amor extremo. En fin, mi trabajo sumado a tanto cohete dejó de lado momentos que este espacio merece mejor desarrollo, como el casamiento de los primos de La Nazarena, primos, vecinos, tíos…
Un momento que como secundando la experiencia de aquella memorable fiesta de Luna, en el mismo escenario, esta vez amplificó sus apuestas para que mas vecinos, amigos y queridos varios pudieran expresar sus deseos de felicidad ante tan hermosa y querida pareja.
Luna hizo nuevas amigas, anduvo de brazo en brazo y terminó extenuada de un sol que pidió permiso para descansar en los tramos libres, tenía mucho que llover y solo lo hizo el resto de la semana, dejando libres esos dos días necesarios para un festejo que no podía ser de otro modo, único.
























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