miércoles, 27 de mayo de 2009

El Calafate








Y bueno, la verdad es que todos necesitábamos un mutuo descanso, las abuelas se pusieron en carrera, mas de lo habitual y junto a Gastón hicieron un esfuerzo descomunal para que todo pudiera salir como salió. Con Sandra nos fuimos de paseo, sin Luna, a descansar, recuperar sueño y volver con la energía necesaria para estar acá ahora, en casa, con nuestra amada Luna nuevamente. Fue así que El Calafate nos recibió cálidamente, un par de días de ensueño, extrañando la vocecita de ella, pero a sabiendas de lo bien que nos hace todo esto.











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